María en el Nuevo Testamento

María en el Nuevo Testamento

Aunque el Apocalipsis menciona apenas de manera velada a María y los Hechos de los Apóstoles no señalan su presencia más que en el momento de la Ascensión y de Pentecostés, la Virgen Madre está siempre presente en filigrana en todos los acontecimientos del Nuevo Testamento.

En las Escrituras, la primera identidad de María es la de ser "madre"

Es cierto, su papel de Madre es eminente en las Escrituras de la Nueva Alianza, como lo demuestra Monseñor Lambiasi: "La identidad fundamental de María es la de ser "madre". Lo que subraya el Nuevo Testamento indica en qué sentido esta maternidad nos interesa como discípulos de Jesús. La atención y el amor a la palabra de Dios son los rasgos característicos de la espiritualidad contemporánea. En la conciencia de los pastores y de numerosos cristianos la Biblia ha venido a ocupar el lugar central y primordial que le corresponde. Dentro de ese clima de interés renovado por las Escrituras, es natural que la imagen emergente de María sea evangélica.

 

Una señal de este interés son las numerosas publicaciones que tienen como título: "María según el Evangelio" u otros títulos semejantes. Los estudios de ese tipo no faltaron en el pasado, pero en nuestra época han florecido en gran cantidad y muestran cómo la palabra de Dios es rica y fecunda para la vida espiritual. Recorriendo los libros del Nuevo Testamento, se nota que el interés por María no surge por motivaciones centradas de manera autónoma sobre su persona, sino por la "atracción" del interés relativo a su hijo Jesús.

 

A medida que el campo de reflexión sobre Cristo se amplia, el número de datos ofrecidos para definir la identidad fundamental de su maternidad también crece. María es designada en la identidad fundamental de su maternidad: es la "madre de Jesús". Para hacer emerger esa identidad es interesante despejar la línea de desarrollo que a partir del núcleo germinal de Pablo, y a través de las relecturas, alcanza la densidad de la visión juanista. El pueblo cristiano llamado a vivir íntegramente en la palabra de Dios, en particular cuando se refiere a María, es llevado así a reconocerla como Madre y a introducirla "plenamente en el espacio de su propia vida interior" (Redemptoris Mater 45).

En las Sagradas Escrituras, María es la Madre de los principios fundamentales

Los sinópticos citan once veces ese término, sólo en el cuarto Evangelio figuran ocho citas. Esto revela un interés especial para los inicios como «fundación» sea sobre la revelación de Jesús o sobre el testimonio de los apóstoles. (Jn 1,1; 2,11 ; 6,64 ; 8,25 ; 15,27 ; 16,14.). En el prólogo mismo, el encabezamiento es significativo: «En el principio era el Verbo». Ese primer «comienzo» eterno del mundo y de los tiempos está orientado a la Encarnación a la que hace mención el "Verbo" por última vez.

 

Después del prólogo narrativo (Jn 1,19-52) se pasa inmediatamente al «comienzo de los signos» (Jn 2, 11), es el inicio del verdadero relato, según el último Evangelio (Jn 20,30-31). Pero el principio debe tener una realización, que se abre sobre un nuevo "comienzo" el de la comunidad cristiana con la elevación de Jesús a la gloria.

 

En esos tres comienzos la madre de Jesús está presente de manera discreta. Como «Madre de Jesús», «su Madre», «la madre», «madre» del discípulo preferido, María es la madre de los "comienzos": el del Verbo encarnado (Jn 1,14), el de la fe (Jn 1,14), el de la familia de los hijos de Dios. Como madre, ella le dice a quienes están al servicio de Jesús: « Haced lo que él os diga» (Jn 2,5). »Hoy los cristianos han transformado demasiado el cristianismo en ideología y abstracción. Las abstracciones no tienen necesidad de una madre» afirmaba Karl Rahner, uno de los mayores teólogos del siglo XX. Y tenía razón."

El Evangelio muestra también hasta qué punto María estuvo estrechamente unida a su Hijo por el misterio de la Salvación

Eso quiere decir, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Madre de los hombres, María, nuestra educadora y nuestra abogada, es también, entre otros aspectos fundamentales de su vocación única, nuestra mediadora ante el Señor, como lo muestra claramente el Nuevo Testamento.

 

Por otra parte, los pasajes que se refieren directamente a María en el Nuevo Testamento muestran bien cómo ella está presente, particularmente en los acontecimientos cruciales de la vida de Cristo. María está estrechamente unida a la obra salvífica de la Redención del mundo. La Virgen Madre también está ligada al misterio del Cuerpo eucarístico de Cristo que es la Iglesia...

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María en el Nuevo Testamento