Austria, sede de la Magna Mater

Austria, país de antigua tradición católica, posee dos grandes santuarios marianos principales, entre una gran constelación de importantes lugares dedicados a la Santa Virgen y otros menos conocidos en cada uno de los innumerables valles de este magnífico país de montañas.

En primer lugar el santuario de Nuestra Señora de Mariazell, la Virgen que el Emperador Fernando II se complacía en llamar: “Magna Mater de Austria”, y luego otro más reciente, el de Nuestra Señora de María-Trost”.

El fervor de Austria que ha seguido siendo mariano es tanto más notable si se tiene en cuenta su historia religiosa ha conocido periodos oscuros: 

  • En su flanco este limita con la Turquía islámica y en el flanco oeste con la Alemania protestante, la población católica han debido sufrir para permanecer fieles en su fe católica
  • A esto podemos agregar los desastres de la Revolución francesa en 1789 que exporta a Austria la ideología de las Luces y hace llegar al poder durante algunas décadas ciertos hombres “iluminados” que suprimirían en algún momento el culto a la Virgen, en el país de la “Magna Mater”.

Hoy día, todas esas vicisitudes superadas, la Austria católica como muchos países de la vieja Europa cristiana, recobra a partir del pontificado de Juan Pablo II, el camino de sus peregrinaciones y un fervor mariano renovado.