visitas. Es su madre quien viene a contarle una gran noticia. Con los hijos ahora criados, ella y su esposo decidieron por mutuo acuerdo consagrar completamente a Dios el resto de sus vidas; el padre vivirá
de la ciudad y los hermanos mayores todos habían hecho estudios. Pero después de la muerte de su esposa, Pierre, el padre, no tuvo tiempo de cuidar de los menores, por lo que a los dieciocho años, Catalina