Qué es la Sagrada Escritura ?

Lo que llamamos “Sagrada Escritura” – o la Biblia- es el conjunto de Escritos sagrados inspirados en la Primera Alianza y en la Nueva Alianza de Dios con los hombres.

Entre los libros sagrados de la humanidad, la Biblia se distingue por el sentido de los acontecimientos históricos que ella relata: ahí descubrimos; a través de esos acontecimientos que han marcado la historia de Israel (Primera Alianza, o en el lenguaje cristiano “Antiguo Testamento”) que no es solamente el hombre que busca a Dios, sino Dios mismo que busca al hombre y hace su alianza con él.

Cómo se formó la Biblia cristiana?

En los primeros siglos después de Jesucristo, la Iglesia reune ciertos escritos que ella juzga sagrados e inspirados, distinguiéndolos de otros que considera apócrifos. A finales del siglo III, varios Concilios agregan un conjunto de 27 Libros a las Sagradas Escrituras de Israel, conformando así la Biblia crisitiana tal como nosotros la conocemos hoy día.

Pero la Iglesia que ha reunido, canonizado, conservado y difunido la palabra de Dios en el mundo entero, a lo largo de los siglos, es también indispensable para discernir la belleza; la fuerza y el sentido profundo de las Sagradas Escrituras.

“Comprendes, pues, lo que lees?”

En las Actas de los Apóstoles, la conversación entre Felipe y el etíope invita a buscar esa ayuda:

“Un etíope que había ido en peregrinación a Jerusalén, al regresar leía sentado en su carro al profeta Isaías. Felipe lo escuchó y le preguntó:

-“Comprendes, pues, lo que lees?

-“Y cómo podría comprender, le respondió, si no tengo a nadie que me guíe?” (Ac 8, 27s)

Si nadie nos guía, cómo podríamos comprender las Escrituras? Como los discípulos de Emaús, nosotros también necesitamos -para que nuestros ojos se abran al misterio de Cristo que ocupa el centro de las Sagradas Escrituras- de la enseñanza de la Iglesia, de su liturgia, de los Padres, de los Doctores y de los Santos que han escrutado la Palabra de Dios para discernir con la ayuda del Espíritu Santo la belleza, la fuerza y el sentido auténtico de la Biblia.

Los hechos históricos de la Primera Alianza nos remiten (1) a los de la Nueva

Por ejemplo, cuando estando Jesús en la Cruz, San Juan relata que : “uno de los soldados, le traspasó con su lanza el costado del que brotó sangre y agua”(Jn 19, 34), los Padres de la Iglesia, nos dicen que la sangre y el agua representan los sacramentos de la Iglesia, Esposa de Cristo, que nació de la costilla del Nuevo Adán sumergido en el sueño de la muerte; como en los orígenes Eva había nacido de la costilla de Adán, sumergido en un sueño misterioso.

De la misma forma, en los tiempos que preceden inmediatamente a la Encarnación, la espera del Mesías era más fuerte que nunca, ya que los historiadores mencionan a más de 100 candidatos a Mesías en el primer siglo antes de Jesucristo... La realización que Jesús hace del conjunto de los anuncios simbólicos y proféticos que fueron dados durante los siglos de la Primera Alianza, a lo largo de la historia santa de Israel, constituye una realidad en verdad sorprendente y única en el mundo. Hace falta para descubrir estas cosas, aprender a leer las Escrituras tal como fueron escritas por la Iglesia, con la ayuda del Espiritu Santo.

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(1) Atención, este tipo de lectura, que subraya cómo los hechos de la Primera Alianza representan los de la Nueva, no suprime su verdadera naturaleza, el acontecimiento o la realidad histórica sobre lo que realmente ocurrió en la época del Antiguo Testamento. Simplemente, con la revelación de Cristo en el Evangelio, descubrimos que el Antiguo Testamento se cumple en el Nuevo: “Yo no vine a abolir sino a cumplir”, dijo Jesús (Mat 5, 17)